Sueños


         Prece inicial

         Primer momento: contar la historia “Sueños”.

         Segundo momento: sugerencias de comentarios al evangelizador:

          ¿Es importante prepararnos para acostarnos? Sí. ¿Cómo? Con refacciones leves, disminuyendo el ritmo, leyendo una historia o una lectura agradable, haciendo una oración antes de acostarse. También es importante no ver películas violentas, y oír una música agradable.

          ¿Cuándo dormimos, lo qué ocurre con nuestro cuerpo físico? ¿Y con nuestro espíritu? Nuestro cuerpo reposa, pero nuestro espíritu sigue despierto y puede alejarse del cuerpo físico, quedándose unido a él por el hilo de plata, que es una especie de, como se dice, “cordón” que une el perispíritu y, consecuentemente, el espíritu al cuerpo físico; es también llamado de cordón astral, cordón fluídico, cordón de luz, hilo de plata, cordón perispirítico.

         Durante el sueño, el espíritu liberto, busca a sus afines, y se une aquél que le interesa, de acuerdo con su grado evolucionario. Los más inferiores generalmente se quedan unidos al cuerpo y a sus sensaciones, poco alejándose – hasta por su ignorancia. Los espíritus más evolucionados pueden entrar en contacto con el mundo espiritual y allá encontrar sus afectos, su espíritu protector o parientes y amigos que ya han desencarnado (si los dos estuvieren en condiciones y con merecimiento para tal). También es posible estudiar, aprender, oír palestras y hasta trabajar a favor de otros, además de encontrar otros encarnados, que también están durmiendo.

         Los sueños pueden ser:

          Fisiológicos: refleten lo que sentimos en el cuerpo físico. Si estamos con frío, soñamos que estamos en medio a la nieve, por ejemplo.

          Psicológicos: son resultados de nuestros pensamientos, intereses y preocupaciones. Si tenemos un problema a ser resuelto es común soñar con esa situación.

          Espirituales: son las recordaciones (a veces simbólicas o no muy exactas) de lo que vimos, sentimos o hicimos, en espíritu, mientras dormíamos. Eses sueños son más nítidos y, generalmente, coloreados.

          Repetitivos: son, muchas veces, reflejos de alguna dificultad que ya pasamos, en esta o en otras encarnaciones. No significa que van a ocurrir nuevamente, pero que fue una experiencia difícil e importante.

          Premonitorios: pueden ocurrir, pero son raros. Lo más común es soñar con algo que nos preocupa, como por ejemplo, un pariente que va a viajar y nos quedamos preocupados y soñamos con un accidente. Puede ser también un aviso de la espiritualidad para que la persona tenga cuidado al conducir porque la vía está estropeada.

         Podemos pedir, en oración, para que durante el sueño podamos encontrarnos con nuestro espíritu protector y de él recibir consejos, fuerza y coraje en la dificultades de la vida, para saber cuál la mejor actitud a tomar delante de determinada situación. Con el tiempo, el ejercicio y nuestro merecimiento, podemos recibir las respuestas a través de la intuición durante el día. También podemos encontrar alguien de quien no nos gusta mucho para hacer la paces y armonizarnos, preparando el perdón y el deshacimiento de la lastima y del odio que van a aparecer cuando estemos despiertos. Se puede también, encontrar personas, aprender, asistir clases, trabajar y hacer el bien en el Mundo Espiritual.

         Tercer momento: actividad: dibujar o escribir un sueño que ha tenido o gustaría de tener y, en seguida, clasificarlo en fisiológico, psicológico, espiritual, repetitivo o premonitorio.

         Obs.: sugerimos al evangelizador, si posible, leer el libro “espiritismo, todo lo que usted necesita saber”, de Richard Simonetti, los capítulos “Sueños” y “Aún sueños”, editora CEAC.

         Oración de cierre

         Sugerencia: tercer ciclo, pudiendo ser adaptada al segundo ciclo.

         Traducción: Pâmela Martins.


         

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