Sueños*

         En aquella noche, Estela leyó algo tranquilo e hizo una oración antes de adormecer, pues ella sabe que para tener una buena noche de sueño es necesario prepararse para dormir.

         Como ocurre con todas las personas, cuando Estela adormece, su cuerpo físico reposa, pero ella, en espíritu, quedase despierta y puede alejarse del cuerpo, quedándose unida a él por un hilo, llamado cordón de plata.

         En aquella noche, estela adormeció y soñó… En el otro día, cuando despertó, ella tenía un recuerdo de un sueño coloreado, lindo. No era la primera vez que ella soñaba con el tío Inacio, que había desencarnado hace un año. Fue luego a contar a su hermana mayor:

         - Tío Inacio me dijo para que yo estudie, obedezca a mis padres, continúe a ir a las clases de evangelización y sólo hacer el bien.

         - ¡Qué bueno! – dijo Marília. Cosa de tío Inacio mismo. A él le gustaba dar consejos, ¿te acuerdas? Eso ocurrió porque nosotros podemos encontrar, en espíritu, las personas que amamos, desencarnadas o encarnadas, ¿sabes de eso no?

         - Sí, lo sé. Suelo soñar bastante – añadió Estela. Semana pasada soñé con una prueba de matemáticas que yo tenía que hacer el día siguiente.

         - !Ah! Pero ese es un sueño distinto. Esclareció la hermana. Cuando soñaste con la prueba, llevaste para el sueño las preocupaciones del día. Eses sueños son llamados sueños psicológicos. Con el tío Inacio tuviste un sueño espiritual, pues tú, en espíritu, vivió la situación. Podemos acordarnos de este tipo de sueño o solo guardar una sensación buena o mala, dependiendo de lo que ocurrió.

         - Yo ya he soñado que necesitaba mear, y salí buscando un baño en el sueño… - Estela contó a medio de risas.

         - Yo también ya he soñado con eso… Por bien que me desperté a tiempo… - las dos chicas se rieron mucho. Y también ya he soñado que estaba en el Polo Norte y me desperté con mucho frío. Ese tipo de sueño que tiene que ver con lo que sentimos en el cuerpo son llamados sueños fisiológicos.

         Estela se quedó muy contenta en saber que cuando dormimos, dependiendo de nuestro merecimiento y de los sentimientos que cultivamos, podemos encontrar personas, aprender, asistir clases, trabajar y hacer el bien en el Mundo Espiritual.

         Cuando la charla terminó, ella estaba llena de planos: iba a pedir a su espíritu protector que, si posible, le gustaría aprender mientras su cuerpo físico dormía, y también deseaba encontrar su prima Ana, pues le echaba de menos a su amiga.

         ¿Y tú, qué pretendes hacer esta noche, mientras tu cuerpo duerme?

         *Historia creada por evangelizadoras del segundo ciclo del Grupo Espírita Seara do Mestre (Santo Ângelo/RS) y utilizada en la clase “Sueños”.