Mi amiguito Juninho, vive al lado de mi casa y estudiamos juntos. Él es muy macanudo, siempre me presta sus juguetes, nunca respondió para sus padres ni para nadie, ayuda a sus amigos, es obediente. Bueno. Yo también soy así y sé que usted también debe de ser...
Autora - Regina Amélia de Oliveira.
Juninho siempre da gracias al Papá del Cielo por todo lo que tiene, por la familia, por los amigos y por la salud.
Bueno... Yo también agradezco y sé que usted también debe agradecer...
Pero Juninho hacía la oración de manera distinta. Todas las noches antes de acostarse, Juninho cogía debajo de su cama un jarrón de agua y jabón y un canuto... Iba hasta la ventana y hacía MUCHAS pelotitas de jabón. Después cerraba la ventana y apagaba la luz e iba a acostarse.
Desde mi casa veía las pelotitas subiendo, subiendo...Cuando estaban muy altas eran explotadas por la punta de las estrellas.
Un día hubo una excursión en la escuela, fuimos en autocar para un campamento. ¡Fue muy divertido! Jugamos a la pelota, nadamos, andamos a caballo, comimos muchas comidas exquisitas... Sólo paramos de jugar cuando la profesora dijo que ya era tarde y mandó que todos íbamos a sus cabañas a dormir.
Estaba acostado cuando Juninho vino desesperado despertarme. Quería que yo le ayudara a buscar un canuto y agua y jabón. Decidí charlar con él y descubrí que esa historia de agua y jabón era así.
- ¡¿Para qué usted quiere agua con jabón Juninho?!
- Para hacer mi oración, agradecer el día maravilloso que tuvimos hoy. ¡¿¿Cómo voy a hablar con el Papá del Cielo si Él está allá arriba??! Ni si yo grito con toda mi fuerza Él me va a escuchar.
Por eso yo hago mis pedidos, charlo con Él y agradezco a través de las pelotitas. Lo que yo hablo se queda dentro de la pelotita y va para el alto...Cerca del papá del Cielo y cuando la pelotita explota, ¡Él consigue escuchar!
- Pero yo ya he hecho mi oración y no he necesitado de agua y jabón.
- ¡¡¿¿No!!?? Pero, ¿cómo has hablado con el Papá del Cielo entonces?
- Con el pensamiento, con el corazón.
- ¡¿Y el pensamiento, el corazón va hasta el cielo como la pelotita de jabón?!
- ¡¡No!! Va bien más alto que ella, va para donde deseamos que vaya. El papá del Cielo escucha a nuestro corazón, nuestro pensamiento, por eso cuando vayas a hacer tu oración es solo pensar con amor, con cariño, pedir de corazón que el papá del Cielo va a escuchar usted. Y siempre Le ayudará.
- ¡ESTUPENDO! Yo no sabía de eso.
- Entonces venga, vamos a hacer la oración nosotros juntos, agradeciendo el día maravilloso que tuvimos. Hicimos nuestra oración y tuvimos la certeza de que el papá del Cielo nos escuchó y se ha quedado muy feliz.
Y desde ese día por delante nunca más se vio, durante las noches, pelotitas de jabón saliendo de la ventana de Juninho!