Una lección



         Se quejaba el joven descontente:

          - Hay tanta gente rica y yo nada tengo ¿Si Dios

          no me dio la gracia como puedo caminar por la vida?

          Un sabio oyó su lamentación.

          - Reconozco que soy fuerte y bien dispuesto.

          El sabio le cogió la mano derecha y preguntó:

          - ¿Me dejas cortar esta mano por mil rublos?

          - ¡Ni por doce mil!

          - ¿Y la izquierda?

          - ¡Tampoco!

          - ¿Y por diez mil consentirías quedarte ciego por toda la vida?

          - ¡Ni un ojo yo daría por tal dinero!

          - Dios le dio tan grande riqueza y ¿tu aún reclamas?



León Tolstoi