Zuzu era una abejita igual a todas que ustedes conocen. Bien, igual, igual, no. Desde pequeñita ella quedó sabiendo que era un poco diferente de las otras: no podría fabricar miel como sus compañeras.
Al principio, para ella eso no tenía mucha importancia. Pero, con el tiempo, viendo como sus padres quedaron tristes, pues soñaban con la hijita estudiando, graduándose de la Universidad de la Miel, trabajando, progresando, como las otras abejas de la colmena, comenzó a quedar entristecida, afligida, porque percibió que no alcanzaría las expectativas de los padres. Ellos la llevaron a los mejores expertos de la colmena, pero todos fueron unánimes: Zuzu jamás sería igual las otras...
Zuzu vivía cabizbaja, solitaria, era motivo de burlas y bromas pesadas por parte de las otras abejas de su edad.
Cierto día, muy aburrida, resolvió volar para muy lejos. Sin darse cuenta, se aproximó a otra colmena, desconocida. Y rápido percibió que allí era diferente de donde ella vivía: en la entrada, algunas abejas guardianes también poseían dificultades: algunas no tenían un ala, otras eran invidentes...
A medida que fue penetrando en esa nueva colonia, notaba que en todos los sectores las abejas consideradas “deficientes”, trabajaban y eran eficientes en sus funciones. Conoció algunas que, como ella, no podían producir miel. Todas estaban activas y contentos: controlaban el stock de miel, la calidad del producto, y hasta mandaban la producción. Eso la dejó mucho feliz: ella también podría ser útil!
Conversando, sus nuevas amigas le contaron que allí todas eran respetadas y trabajaban de acuerdo con sus capacidades.
Exultante, Zuzu volvió para su casa repleta de novedades. En el inicio, todos creyeron que aquello era una tontería, un sueño, fruto de la imaginación. Con perseverancia fue, poco a poco, introduciendo nuevas ideas en su colmena. Consiguió llevar una comisión de ministros a otra colmena para que ellos viesen que su ideal era posible.
Así, lentamente, en su comunidad, fue siendo eliminado el prejuicio a las abejas portadoras de cuidados especiales. Zuzu, como se sabe, llegó al importante cargo de jefe de la producción de miel de todo el reino, por su inteligencia, por la sus habilidades, llevando consigo muchas de sus hermanas.
Sus padres, ahora venturosos, entendieron que la felicidad de Zuzu no está en hacer como los otros, pero en hacer como le es posible y de la mejor manera, evitando comparaciones.
Luis Roberto Scholl
Seara Espírita n º 66 - mayo de 2004
[Dibujos]
de Cristina Chaves - Sociedad Espirita Casa del Camino - Barrio Jardín de las Palmeras - Porto Alegre - RS.