Pita es súper genial. Ella vive entre las hierbas y es siempre muy buena y gentil con todos sus vecinos bichos.
Cleusa Lupatini
Un día, ella paseaba cerca de unas piedras cuando vio un patín roto y una hormiguita llorosa. La hormiguita Guida estaba aprendiendo a manejar el patín, cayo, se lastimo la pierna y destruyó parte del hormiguero. Pita, entonces, curó la pierna de la hormiga, y la llevo a su casa hasta que el hormiguero fuese arreglado por los vecinos. Fue una brillante idea la de Pita, pues la hormiga sano muy rápido y ellas pasaron muchos momentos agradables en compañía una de la otra. (Colocar una parte de la centopéia en el pizarrón)
Una tarde, ella pasaba cerca del río cuando oyó algo extraño: era Filó, la tortuga, que estaba llorando bajito. Pita quiso saber el motivo para poder ayudar. La tortuga le contó que había perdido su sombrero durante el vientito de la noche anterior. Su sombrero la protegía del frío y sin el podría resfriarse. Pita resolvió el problema: le presto un sombrero hasta que Filó encontrase el suyo. La tortuga quedó muy agradecida y prometió devolver sombrero de Pita así que encontrase el de ella. (Colocar una parte de la centopéia en el pizarrón)
En un lindo día de sol, en cuanto Pita caminaba tranquilamente por la hierba, vio a Vivi, una gatita nerviosa, un poco asustada. Ella había perdido a su hermanita Duda, en cuanto las dos iban a visitar a una prima. Pita, inmediatamente, llamo a todos los bichos de las proximidades para ayudar a encontrar a Duda. Con la ayuda de todos, la gatita fue encontrada y las dos hermanitas siguieron juntas, jugando muy alegres. (Colocar una parte de la centopéia en el pizarrón)
En una noche Pita estaba admirando la luna llena, cuando oyó a Chiquiño, un cachorrito que era su vecino, lamentarse bajito. El había perdido su hueso preferido. Pita pensó un poco, y luego agarro su linterna para ayudar en la búsqueda. Iluminando el camino por donde Chiquiño había pasado, encontraron el hueso perdido en medio de las flores. El cachorrito se puso muy feliz y agradecido por la ayuda de la vecina. (Colocar una parte de la centopéia en el pizarrón)
Otro día, cuando se dirigía a la biblioteca del mato, Pita oyó gritos. Prestó un poco mas de atención y percibió que los gritos venían del medio de unas lianas que estaban en el suelo. Miró más de cerca y vio que el Sr. Caracol se había quedado preso en medio de las lianas. Pita, gentilmente, jalo de aquí y de allí, así el Sr. Caracol estaba libre nuevamente. El agradeció mucho y siguió, lentamente, para encontrarse con su amigo Alaba-Dios. (Colocar una parte de la centopéia en el pizarrón)
Pita escogió dos libros prestados en la biblioteca, y volvía tranquilamente para casa, cuando percibió al grillo Zairo gritando por socorro: el estaba jugando fingiendo saltar a un pozo de agua y no percibió que uno de los lados del pozo era muy profundo. Zairo había caído en el lado profundo del agua y no sabia nadar. Pita rápidamente boto una cuerda y jaló al amigo fuera del agua, salvando al grillo de morir ahogado. Después de haber recuperado, el le dio un enorme abrazo de agradecimiento a Pita. (Colocar una parte de la centopéia en el pizarrón)
Un sábado, cuando Pita iba al aula de Evangelización Espírita, percibió al Sapo Pedro muy triste, sentado a la vereda del lago. Pita entonces se sentó por algunos minutos para conversar con su amigo. Descubrió que el estaba triste porque su hermana se había casado y se había ido a vivir a un río muy distante. Pedro extrañaba mucho a su hermana. Pita oyó a su amigo, explico que el amor y la amistad de los dos continuaba igual, y que extrañarla y sentir su falta era muy normal, pero que el debería esforzarse para alegrarse y hacer nuevos amigos. Quedando de acuerdo también que en la semana siguiente Pita iría con Pedro a visitar a la hermana-sapa, dejando al sapo con una sonrisa en el rostro verde. (Colocar una parte de la centopéia en el pizarrón)
Todos los bichos del mato, mismo aquellos que a un no conocía Pita, ya sabían de su bondad y gentileza para con todos los bichos. En el aniversario de ella, los amigos de Pita resolvieron a crear una música y cantaron para ella. Pita quedo muy feliz con la sorpresa y dijo que Jesús le enseño a ayudar a los otros y que ella se sentía muy alegre siempre que podía hacer lo que Jesús le había enseñado.