Preserve la vida. Diga ino al aborto! Era eso lo que decía el pequeño cartel en el pasillo de la escuela. Anita se paró para mirar los lindos bebés que ilustraban la campaña. Rodrigo, que conversaba con ella, se paró también.
Claudia Schmidt
- No comprendo por qué una madre mata a un bebé que crece en su barriga – pensó alto.
- Algunas personas creen que mientras el bebé no nace no existe vida – respondió Rodrigo.
- ¡Qué absurdo! ¿Ellas no saben que el Espíritu inmortal está ligado al cuerpo desde que el espermatozoide encuentra el óvulo?
Anita habló en tono más alto y rápido… otros adolescentes se pararon para oír.
- ¡Las mujeres tienen derechos sobre su propio cuerpo! – interrumpió una niña que pasaba por allí.
- ¡Pero el bebé es una vida diferente de la vida de la madre! ¡Matar a un bebé es asesinato! Y no importa la edad de él! – era Rafaela, envolviéndose en la conversación.
Fue cuando tocó el timbre, y los adolescentes se dirigieron para el aula. Mientras caminaban y conversaban, más alumnos se interesaron por el asunto.
- Pero ¿y si la madre no tuviese dinero para criar el bebé? ¿Si la madre fuera alguien de nuestra edad, con 15 o 16 años? - preguntó alguien.
- Debería haber tenido cuidado para no quedar embarazada. Aun así, matar a un ser que no puede defenderse no es la solución. ¿Ya pensó si nuestras madres hubiesen decidido que no deberíamos nacer?
Después de que Rodrigo habló, hubo algunos segundos de silencio hasta que Rafaela continúo:
- Ahora quieren legalizar el aborto... Algunos políticos quieren autorizar asesinatos, en vez de aclarar sobre métodos anticonceptivos y crear condiciones para que los niños puedan nacer en familias donde los padres tengan empleo y condiciones de mantenerse.
Percibiendo el interés del grupo, la profesora entró en la conversación:
- ¿Conocéis la historia del fotógrafo que registró una operación que ocurría dentro del útero de la madre y que salvó un bebé de sólo 21 semanas de gestación? ¡Él fotografió el momento en que el bebé agarro uno de los dedos del médico! ¡El bebé estaba vivo y quería continuar viviendo!
Como los adolescentes no conocían la fotografía usada en muchas campañas contra el aborto, la profesora prometió traerla en la próxima clase.
- Y si alguien ya cometió un aborto, ¿Qué debe hacer? – era Anita, todavía sin entender los motivos que llevan alguien a matar a un bebé.
La pregunta generó varias respuestas: dar cariño y cosas materiales a los niños necesitados, trabajar en campañas contra el aborto, realizar un trabajo voluntario y adoptar niños huérfanos. Alguien también recordó que en el lugar de sentirse culpable, la persona debería hacer el bien al prójimo.
Como el grupo continuaba curioso sobre el asunto, la profesora incentivó a los alumnos para que apuntasen las preguntas y formulen frases para ser comentadas. Ellos investigaron, entrevistaron autoridades, científicos, religiosos y promovieron en las escuelas del municipio una importante campaña contra la legalización del aborto, que incluyó hasta un teatro. Todos participaron, así, a favor de la lucha por la preservación de la vida.